viernes, diciembre 09, 2005

Choricanasta

   Las Honorables Damas de la Fundación Pro Hogar “Del Víctor”, se complacen en invitar a Ud. a un Choricanasta en beneficio de nuestra causa, y hermoso pretexto para reencontrarnos y proseguir nuestros debates sobre temas fundamentales: ¿qué es mejor para las vacaciones, Pinamar o Punta del Este?, y sobre cuánto han avanzado nuestros hijos en sus clases de equitación. Además, se amenizará la tarde con un variado programa de entretenimientos:

   * Bingo. Con interesantes premios: una obra de un artista plástico absolutamente desconocido, y codos y cuplas de PVC para instalaciones de desagüe de aguas servidas.
   * Desfile de modas con el título “Primavera en las obras”: nuevos peinados y sombreros ultra fashion muy prácticos para proteger nuestro pelo del sol y la cal.
   * Acto de descubrimiento del “Ladrillo Fundamental”.
   * Además, un especialista atenderá dudas de las señoras sobre: cómo y cuándo usar cemento, granza o escombro; cómo evitar la humedad en los cimientos para que el día de mañana no se venga media mansión abajo. Palacete, ¿qué elegimos? ¿pared de 15, de 30 o ladrillo bloque?; sutiles diferencias entre ladrillo visto y ladrillo rasado.
   * Habrá una perlita para aquellas pícaras que logren traer a sus maridos, posiblemente estresados y disminuidos en su potencia física, culpa del ritmo vertiginoso en la Bolsa de Comercio: ellos se podrán ilustrar sobre cómo “cucharear”, posiciones, usos óptimos y más efectivos cuando el “grueso” o “fino” se caiga o desprenda...
   * Los que sean puntuales, podrán presenciar el alucinante paso del carro a tracción humana “Todo por 2 pesos”, que atraviesa el barrio.
   La entrada a este evento que se realizará en fecha próxima es de valor: $ 4.- con derecho a dos choripanes y una tarjeta de Bingo.
   Los vegetarianos que quieran un menú especial o aquellos que deseen una tira adicional de falda parrillera, deberán adquirir la tarjeta VIP o tarjeta Gold, a: $ 8.-
   También se podrán adquirir obras de arte que alternen con nuestras ornamentas embalsamadas, llamando al Tel. 451-5924, o dirigiéndose a : totemca@hotmail.com.

Próxima entrega:
La suerte me acompaña

miércoles, diciembre 07, 2005

Concepto de la obra

   Intención del artista: (Marco teórico referencial: Deleuze, Baudrillard, Heidegger, curso teórico sobre "Poéticas del Siglo XX" a cargo de Reinaldo Ladagga) Mi intención con respecto a esta obra era: dejar de alquilar.

   Soporte de la obra: con respecto a la intención inicial, considero que el soporte que mejor se adapta es el de la "instalación", y la forma mas conveniente, la de una "casa". Otra posibilidad podría haber sido una acción perfomática "ocupando" una casa abandonada o haciendo "supervivencia" en la isla, pero rondando los 40 y con una hija que mantener y educar, preferí ser más burgués y conservador.

   Concepto: pude deducir que el concepto básico que involucra a mi obra es el del "reparo". Reparo de la lluvia, el frío, el sol,…; no obstante, me gusta que mis obras sean abiertas, como para que el espectador construya conceptos diferentes -y siempre y cuando no me invadan la lluvia, el frío, el sol…-. En definitiva, mi obra debe protegerme del calor del verano, abrigarme en invierno, y evitar que se mojen mis cosas durante las tormentas. Mi obra, además, será tanto más completa si logra contener otro concepto concretísimo como es el de: "Espacio propio" donde desarrollar mis necesidades básicas y fundamentales a saber: ingerir alimentos, pernoctar, aseo, deponer, orgasmar…

   Desarrollo: Estos conceptos tuvieron una instancia de congruencia entre el pensamiento del arquitecto y el mío. O tal vez de "incongruencia"… Durante la planificación yo le cuestionaba: "¿No podría haber una ventana allí?" y él me respondía: "No, no te lo permite la posición del sol". O, si no, le inquiría: "Che, y si levantamos más el techo?". "No"- me contestaba- "no responde a los criterios arquitectónicos". Como ambas respuestas se repetían constantemente, deduje que mi obra dependía del Dios Sol, como los Incas, por un lado, y de Péliz, Niemeyer y toda la historia de la arquitectura por otro. Ironicé: "¿Y la ubicación del inodoro junto a la puerta, también responde a los criterios arquitectónicos?"."No"- me contestó con cansancio- "eso es para que el que esté sentado, cagando, pueda controlar que no le abran la puerta desde afuera"...- De todos modos, el arquitecto no dirigió directamente la construcción de mi obra. Nunca vio la casa que él mismo había planificado. Él vive en la zona sur de Rosario y cubrir los 20 Km. de distancia hasta la obra era otro precio. Pero cumplió asesorándome según mis necesidades y hasta me prestó la termofusora para soldar caños plásticos.

   Percepción de la obra: el tamaño tan pequeño de mi casa, disminuido aún mas en su contraste con el baldío que la rodea, cambió la caracterización de mi persona ante el barrio. "Usted es el de la casita", afirmó la dueña de uno de los cinco kioscos de mi cuadra. Me gustó. Prefería que me señalen como "el de la casita" en lugar de "el que nos cagó la canchita". Recuerdo la mirada y sonrisa de incredulidad del "Oscar", cuando les sacaba fotos a él, a los ladrillos, a la hormigonera..., y le comentaba que la obra se expondría en "el Museo". Nunca creyó que estábamos haciendo una obra de arte. Del mismo modo, las personas vinculadas al arte, espectadores, intelectuales..., tal vez nunca percibieron que yo, simplemente, estaba intentando construir una casa.

Próxima entrega:
Choricanasta

sábado, diciembre 03, 2005

Posturas

   -Y bueno, falta menos que antes- es la frase que me repito cada mañana al mirar a mi alrededor. No es tan importante esa rebelde gotera que resiste desde la llave de paso de la ducha, aunque de sintomática ya pasó a crónica.
   Y para asegurar mi autocomplacencia, me fijé modestas metas hasta que reúna dinero y fuerzas para ampliar:
   * Revocar las paredes internas, a los fines de liberar el baño de las 7 bolsas de cemento apiladas y mejorar la fisonomía rancheril que conserva mi casa. También eso posibilitará mayor limpieza. Para poder vestir ropa blanca o de colores claros, actualmente debo evitar rozar paredes y salientes, por lo cual salgo de mi casa con los brazos en alto y entre meneos como una bailarina.
   * Convertir una repisa de caño que fabriqué hace años, en el portón y enrejado del frente. Varias fueron las conversiones que realicé: mi antigua obra de vidrio y huellas de automóvil es ahora parte de la puerta de entrada; la instalación de pastizales de Estudio Abierto, Edición Tiendas Harrods, es ahora el aislante protector del calentamiento de las chapas del techo. Próximamente esas incómodas obras de 2,10 x 1,40 m serán perfectos tabiques para la suerte de quincho o galería externa proyectada.
   * Colocar la mesada de acero inoxidable de doble bacha, un lujo, regalo de mi amigo el Mono Aguirre. La trajo en su Traffic desde Paraná junto a una ventana, también para mí, y entre instrumentos de música, una batería, dos guitarras, un contrabajo, un teclado y tres músicos. Mientras en la sala de “La Comedia” se acomodaba el público para escuchar su concierto, el Mono y yo estábamos en algún lugar del centro descargando la mesada y la ventana, en aquel día caótico de la Inauguración de la Fiesta de las Colectividades y las marchas anti-Bush.
   A pesar de todo, en pocos minutos tratamos de actualizarnos sobre respectivos viajes, sucesos y amores. El Mono venía de realizar una gira por todo el Brasil. En “Río” le había incomodado, cuando no abrumado, presentir esa tensión entre los habitantes de barrios marginales y los de ostentosos edificios y mansiones. Le comenté que eso me sucedía a mí ahora, en mi barrio. Y divagamos sobre ciertas posturas o soluciones que afiancen mi situación de “nuevo vecino”. El Mono me sugirió que cada tanto ponga una buena cumbia a todo volumen como para que se escuche en toda la cuadra. Ensayé que también podía embarrar o retirar las patentes de mi auto, como para generar la idea de ser alguien “de cuidado” o de oscuros movimientos.
   Por lo pronto ya practiqué algunas acciones que me involucren más a los códigos del barrio, como engancharme clandestinamente de la luz y el agua, almorzar sobre tablones y caballetes a pleno sol o mostrarme cada tanto bebiendo cerveza del pico la botella, en cueros y sentado en el escalón de entrada de mi casa…

Próxima entrega:
Concepto de la obra