martes, octubre 04, 2005

Del dicho al techo

   Ya estoy en los finales de esta primera etapa de mi obra, un monoambiente apto para mudarme lo antes posible y al menor costo.
   Me preguntaron: -¿Cuándo techan?
   Yo respondí: -Hace una semana me intimaron a desalojar. Debo dos meses de alquiler.
   Creí que me habían preguntado: “¿Cuándo te echan?” lo que era para mí más inminente.
   Es paradójico esto de tener que techar antes que me echen. Pero mi techo ya es un hecho.
   Hace un par de días llegué a la obra con cuatro hermosas chapas de 4,50 metros de largo, atadas arriba del auto. Parecía que iba a levantar vuelo. Corté y pinté las vigas de caño y ya están colocadas.

   Anoche, mientras amurábamos puertas y ventanas bajo una tempestad por explotar, pasaron dos nenas del barrio y una exclamó: ¡qué linda casita! La frase me conmovió hasta las lágrimas. Les saqué una foto. Habían dicho una gran verdad. Ya casi tengo una casa de duendes.
   Así olvidé mi estado febril, mi garganta al rojo vivo (tengo la cadencia de voz de “Tornado”, el caballo del “Zorro”), mi sinusitis, el antibiótico de las 20 horas y la situación de peligro que sufrí esa tarde. Me dirigía a la obra por la Circunvalación, a 90 Km. por hora, cuando se abrió el capot del auto, dando de lleno contra el parabrisas delantero y tapándome toda la visión. Maniobrando a tientas, calculé la posición de la banquina y frené lentamente en plena subida hacia un puente. Cerré el capot atándolo con una soga. Dudé un momento en ir a cambiar el parabrisas hecho astillas, pero la dirección ya estaba marcada: a la “obra”.

   Y elegí bien. Está todo listo para colocar las chapas y hacer la carpeta. Los 220 mugrosos pesos del parabrisas con respecto a mi crisis financiera, serán como un grano de arena en una playa infinita. Tanto como el costo del asadito que nos merecemos y prometí a Oscar y sus cinco peones, cuando los llevé or la noche hasta sus casas en Granadero Baigorria, encimados unos sobre otros y todos sobre las herramientas, en mi pequeño Gol con parabrisas destrozado...

Próxima entrega: Final de obra