domingo, septiembre 25, 2005

Plan C: Gómez Delivery versión “chupamedias”

A toda esa gente que alguna vez me saludó con un “suerte, que andés bien”, le voy a dar una hermosa oportunidad para darle mayor sustancia a aquel deseo y demostrar que tal enunciado no era de cosas dichas como al voleo, de compromiso. La fórmula consistiría simplemente en llamar al te. 4860201 o 156941815 para pedir una obra de mi autoría.
Ya hay un cúmulo de gente linda que lo hizo por la que estoy gestionando con las autoridades de California para que puedan marcar sus manos en la “Vereda de las Estrellas”. Por lo pronto sepan que anotaré sus nombres con una Bic en la puerta del baño del lado interno de mi futura casa, para recordarlos en esos momentos de felicidad en los que esté ahí, sentado, pensativo…
Estas personas que convendría imitar algún día, genios de inteligencia superior, indómita, alucinante, los imprescindibles de Bertolt Brecht, realizaron los siguientes aportes:
-Any: un inodoro, una pileta de baño con grifos y todo, dos reposeras, efectivo contante y sonante.
-Vale y Roberto: una tapa de inodoro, pantagruélicos locros, y efectivo.
-Maruja: Tejido de alambre, postes.
-Darío y Rubén: un tanque de agua de fibrocemento y efectivo.
-Marcela: efectivo y buenos compradores.
-Marta: efectivo.
-Su: está cavando el pozo ciego. Va por los 18 metros. Cada tanto le tiro un pebete.
-Negro: bacha y mesada de acero inoxidable.
-Doña Dolores: dos puertas de cedro con marco incluido.
-Gustavo: planos y capacitación técnica.
-María Elena: depósito, baldes y pala de albañil, tejido de alambre.
-Vero: depósito y base logística para rondas de mate.
-Negrita: sexo explícito y amor implícito.

Estas personas desinteresadas y solidarias deberían ser declaradas Patrimonio de la Humanidad, pero ya tienen un lugar en el cielo eterno de los creyentes y en el corazón finito de los agnósticos. El mundo sería mejor si fueran imitados, aunque sea llamando al 4860201, 156941815 o por mail a totemca@hotmail.com para comprar una obra…

Próxima entrega: A quién le importa