martes, mayo 19, 2009

¡Revoque exitoso!

Diez metros cuadrados de pared cubierta son la muda prueba del éxito de la convocatoria. Uno de estos curiosos albañiles olvidó el último número de la Revista Ñ.

La mayoría femenina aportó sensualidad a los andamios. La minoría masculina ¿aportó? virilidad y se mantuvo demasiado cortés con las damas. Estas manifestaron sentirse encantadas con el hecho de revocar, y hasta sentir ¡placer! Al parecer las mujeres se están conformando con bastante poco, muchachos. Atiendan el mensaje.

Pero lo cierto es que catorce almas, catorce Chés, catorce héroes solidarios, en ésta época en que el individualismo nos carcome como sociedad, demostraron que puede ser una fiesta el gastar tiempo, sudor, cariño y buen humor por el prójimo.

Había que ver a estos catorce ángeles alineados durante varias horas, agachados, incómodos, luchando contra la cuchara, acarreando baldes, soportando los vahos de la cal viva, después de la otra gran hazaña de llegarse hasta estos lejanos lugares un sábado por la mañana.

Por motivos obvios, a la vista, y otros más personales que pocos conocen, fue muy importante para mí el recibir esta demostración de afecto. Agregaron un día bello a mi vida.

Los catorce magníficos por orden de aparición:

Nico, Jorge, Marta, Mati, Manuel, Analía, Daniel, Laurita, Cele, Daniel, Andrés, Chuli, Susana, Fernanda.

Insisto, si la gente se reuniera para ayudar a construir la casa del prójimo, y festejar el evento con asado y vino, este mundo sería muy distinto.